Mientras la mayor parte de los usuarios, medios e incluso parte de la industria exigen a las fabricantes un hardware con un potencial considerablemente superior para dar un paso hacia delante, siguen surgiendo las voces que ponen en tela de juicio dicha estrategia como base para su éxito. ¿Deberá PlayStation 4 fijarse más en su política de juegos que en su hardware?
Es, sin duda alguna, el debate preferido por la rumorología: las especificaciones técnicas que traerán las llamadas consolas de próxima generación. El ejemplo más claro es la multiplicación de noticias que los medios vamos recogiendo respecto a cómo será una y cómo será otra.
Porque, para muchos, hasta ahora, será ahí donde radicará el gran salto generacional: en ofrecer una visualización jamás vista hasta la fecha en una plataforma doméstica. Y es lógico pensar así, con las diferentes demostraciones que las algunas desarrolladoras nos han ido mostrando o las declaraciones realizadas sobre la tecnología que utilizarán para la next-gen.
Todo ello ha llevado a fijarnos, claro está, en esa potencia gráfica como clave para que los usuarios den el salto hacia las nuevas consolas y vayan abandonando las actuales PS3 y Xbox 360. Pero, ¿realmente será suficiente para triunfar?
Un interesantísimo artículo publicado por Rob Fahey, colaborador en el portal Stumbleupon vuelve a abrir el debate sobre si las fabricantes deberían ir más allá que ofrecer simplemente gráficos superiores a los actuales.
Porque la pregunta antes formulada parecería irrisoria años atrás, cuando uno se preparaba para abrazar la actual generación. Simplemente porque PlayStation 2 y la primera Xbox se habían mostrado prácticamente como unas consolas perfectas en cuanto a su jugabilidad, ofreciendo todo tipo de juegos, y la demanda estaba encaminada precisamente en eso: en poder disfrutar de esos juegos con una visualización mucho más potente.
Un mundo distinto
Sin embargo, como dice Fahey, el mundo ha cambiado, y con ellos, los gustos, algo que siempre sucederá a lo largo del tiempo. Y ahora, quizá, la demanda de los usuarios ya no esté tanto en los gráficos (que siguen siendo un reclamo, por supuesto), sino en su jugabilidad y variedad. Porque si de algo se ha achacado a la actual generación es precisamente, de la falta de originalidad al final de su etapa.
Algo a lo que, quizá, ha sabido responder con mejor acierto Microsoft, dejando la puerta abierta a títulos de carácter más alternativo, cuyo mejor ejemplo es, sin duda, Minecraft, un juego capaz de llegar a superar a pesos pesados como FIFA 13 en Xbox Live.
La pregunta es, por tanto, si la clave estaría en los juegos alternativos. No necesariamente, pero sí que una apertura por parte de Sony podría ofrecer una mayor oferta de ocio a sus usuarios, algo que está aún por ver. Porque estamos seguros que la compañía es perfectamente capaz de ofrecernos una máquina potentísima, quizá incluso superior que su competidora, pero ésta ha sabido en parte abrir su consola a un sector en el que se pueden encontrar verdaderas maravillas, mientras que la compañía japonesa se mostró en este sentido bastante ineficiente para con PS3.
Otro formato es posible
Pero no es el único sector donde debería indagar, y en este caso también lo debe hacer Microsoft. Se trata de los juegos free-to-play, una opción cada vez más presente en el PC, con un éxito aún más creciente, y que ha reportado ya beneficios más que considerables a las compañías que han optado por ofrecer gratis sus productos y posteriormente financiarse con micropagos.
Tanto que las grandes compañías ya han mostrado su gran interés por adaptarse a dicho mercado, como Electronic Arts y, sobre todo, Crytek. Bien es cierto que las fabricantes también han hablado de manera positiva al respecto de dicha opción, pero ahora es momento de demostrar dicho apoyo.
Lógicamente, ello no ha de provocar que se deje a un lado los títulos AAA, que seguirán funcionando, pero sí quizá ser más selectivos y no obligar a las desarrolladoras a esforzarse en el aspecto visual, que conlleva un enorme desembolso, para cualquier tipo de juego y lanzarlo al mercado por 60 euros. De ahí también provienen las crisis de los estudios: enorme esfuerzo para dar salida a una idea que bien podría resultar mejor en un formato más sencillo y menos arriesgado económicamente.
Cambios en los hábitos del consumidor
Porque, además, está claro que tal y como están yendo las cosas, y tal y como parece que seguirá estando de aquí a una buena cantidad de años, gran parte de los usuarios no podrán o querrán adquirir continuamente juegos a tales precios, sino que reservarán dichas cantidades para juegos sobre seguros, mientras que para completar su diversión buscarán en el mercado alternativo, con precios mucho más asequibles.
Un sector que, adivinad, es el que quieren cubrir las consolas de Android, conocedoras de que quizá, vuelva a ser un sector desaprovechado por las plataformas tradicionales.
¿Qué pensáis al respecto? ¿Creéis que debería Sony finarse más en este sector? ¿Deberían apostar abiertamente por el Free-to-play? Quizá este próximo miércoles podamos ver algún indicio sobre por dónde irá la estrategia de la compañía japonesa para con su nueva consola: si muestra su interior, sus especificaciones, parece claro que apostará por la vía tradicional; si se centra más en sus juegos, quizá, por fín, dé mucha mayor relevancia al software.
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