Assassin’s Creed Unity ya está entre nosotros y con él han llegado algunos problemas importantes, de esos que son tan graves que uno no imagina a adivinar por qué no se plantearon en la compañía retrasar un poquito su lanzamiento. Algo así como a lo que estaba abocado Watch Dogs hasta que alguien en Francia decidió retrasarlo seis meses.
Pero debía ser tanto el pánico que en Ubisoft le tenían a marcharse a mayo de 2015 que han preferido no hacerlo por que Assassin’s Creed Unity seguramente habría necesita un tiempo parecido para pulir por completo sus problemas. Y ojo, que hay cosas que no se arreglan de un día para otro, hará falta tiempo.
Lo ocurrido con Assassin’s Creed Unity es la evidencia palmaria de que en la nueva generación está ocurriendo algo extraño, que jamás antes se había producido. Ni siquiera con PS2, que fue la ‘peor’ consola para programar, tuvo una deblacle de retrasos y problemas técnicos como los que estamos padeciendo en los primeros doce meses de vida de PS4 y Xbox One.
En el año 2000, cuando uno paseaba por los pasillos del E3 o en la fiesta de presentación de PS2 en los flamantes estudios Universal, todo el mundo hablaba de lo difícil que era programar: “que si Sony no había dado herramientas en el DPK para hacer nada”, “que si los desarrolladores tenían que trabajar con la consola en código máquina”, etc. Las quejas nos hicieron pensar a muchos que los japoneses se iban a estrellar, que tanto problema se notaría en los juegos pero al poco tiempo se vio que todo eso fue un espejismo.
Ahora en la ‘next-gen’ nadie habla de que sea difícil desarrollar, pero está claro que algo ocurre: o bien el tamaño de las producciones es gigantesco, los tiempos de desarrollo más largos de lo previsto o que el nuevo hardware esconde problemas que escapan al entendimiento de los desarrolladores.
Aún así, uno no llega a comprender cómo nadie en Ubisoft podía haber visto antes de lanzar el juego que había problemas por doquier. Y es que las cosas que tienen que ver con el multijugador muchas veces te las encuentras cuando se pone el juego a la venta y ves que los servidores dan problemas o lo que sea. Pero esto de Assassin’s Creed Unity no debía ser una sorpresa para sus creadores.
Ahora, mirando en los pasados días, uno entiende el interés desde Ubisoft por asegurarse de que habíamos comprendido y asimilado que teníamos que instalar el parche ‘day one’ de casi 900 MB. Ya sabían que había problemas y que traerían cola por que no es habitual que te hagan tanto énfasis en que lo hagas.
Así que no queda más remedio que imaginar que Ubisoft, en algún momento de las últimas semanas, tomó la difícil decisión de salir cuando habían anunciado y no volver a hacer un ‘Watch Dogs’ como en 2013. Eso sí, seguramente con la promesa de los estudios (los varios que trabajaron mano a mano) de trabajar 24 horas al día hasta que todo estuviera solucionado. Y esa promesa se inició con ese parche de 900MB.
Aunque es fácil pedir que Assassin’s Creed Unity habría necesitado retrasarse uno o dos meses, Ubisoft estaba ante una encrucijada terrible por que no solo afectaría a este juego, sino al desarrollo de su franquicia. Irse a mayo quitaría de 2015 un nuevo ‘Assassin’ y hacerlo en febrero-marzo haría que Arno se encontrara con más tráfico en la pista que Alonso cuando Ferrari lo llama a boxes.
Así que, ¿qué hacemos? Pues ‘el mal menor’ para la empresa, que no para los usuarios. ES decir, seguir con lo planeado y luego poner paños claientes para que la hemorragia no se lleve por delante las cuentas, las ventas y la reputación.
El tiempo dirá si ha sido una buena elección. Pero sin duda, Ubisoft en esto de Assassin’s Creed Unity se ha dejado alguna muesca de esa buena imagen que ha venido labrándose con tanto trabajo en los últimos tiempos.
El artículo Blog: Y a Assassin’s Creed Unity le pasó lo que evitaron con Watch Dogs se publicó en GamerZona.
FG_AUTHORS: Jose Luis
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