Las Steam Machines van a llegar en 2014 y aunque están consiguiendo mucha atención mediática y provocando ríos de tinta (electrónica), hay quienes no creen que vayan a protagonizar una revolución en el mundo de los videojuegos. Y entre ellos me incluyo, aunque no por cuestiones de calidad sino más bien… ¿logísticas?
Antes de nada quiero dejar constancia de mi condición ‘pecera’, de ser un animal que ha crecido jugando alrededor de un ordenador y que no le hace ascos a las consolas, como no podría ser de otra forma. Así que cuando me enteré de lo que estaban tramando en Valve y la ‘consolización’ de los PC con Steam OS, mi primera sensación fue de alegría. Aunque luego el devenir de los meses me haya bajado un poquito de la nube.
El caso es que si miramos atrás, vemos que esto de la estandarización de un sistema no es nuevo y casi nunca ha salido bien. Hubo intentos anteriores que acabaron todos engullidos por una competencia que, aunque podría ser peor técnicamente, al final su estrategia estaba mucho mejor diseñada y los esfuerzos que se realizaban para su expansión estaban mejor dirigidos gracias a tener una única cabeza pensante. Es lo que pasa con Sony y sus PlayStation, con Microsoft y sus Xbox o con Nintendo y su más que prolífica lista de consolas.
Suele pensarse que los entornos gobernados por una marca que pastorea sus dominios como ella quiere son menos ‘amigables’ para los usuarios que otros que dicen ser completamente abiertos y que dejan a las compañías hacer lo que quieran con su producto. Pero también es cierto que un control más férreo permite explotar mejor el negocio que cuando este se encuentra en las manos de decenas de fabricantes. Y esto último es lo que le va a pasar a las Steam Machines.
Valve se ha tirado a la piscina con Steam OS y las Steam Machines esperando convertir el PC en una especie de consola de videojuegos conectada a la tele del salón, y está por ver que eso sea lo que mucha parte del mercado espera. Ese intento de crear un estándar está muy bien, pero hay que avisarles (aunque ya lo sabrán) de que eso ya lo intentaron otros. Desde Microsoft con MSX a lomos de una Sony cegada por lo que creía que iba a ser un bombazo, hasta Trip Hawkins, ex-CEO de Electronic Arts a principios de los 90 que se marchó para crear una de las mejores consolas de 32 bits que vimos en aquellos días. Y en estos dos casos, el problema no estuvo en la máquina, o en los juegos, sino más bien en la estrategia global, delegada por la tenedora de la patente en las marcas que fabricaban el hardware.
El peligro que corre Steam OS con esas Steam Machines es precisamente ese, que esa disgregación no facilite una buena distribución en todo el mundo que acabe dando al traste con todas sus oportunidades. Y es que, como le pasó a 3DO (y esto lo viví yo en primera persona) fue un auténtico desastre su desembarco en España con varias marcas como Goldstar, Sanyo o Panasonic haciéndose zancadillas unas a otras, con líneas de comunicación totalmente distintas, inflando los precios absurdamente, gastando muy poquito dinero en su promoción y, lo peor de todo, dejando en manos del departamento que hasta ese momento sólo había vendido teles la responsabilidad de lanzar una consola de videojuegos que compitiera con la PSX de los 90.
Algo así podría ocurrir con las Steam Machines. Se han presentado muchos modelos en el CES, se ha hablado de las marcas que las van a sacar pero ni una sóla noticia referida a cómo será su distribución mundial… o en España. Es de suponer que compañías como Alienware las pongan en sus tiendas online para que las compremos, pero otras muchas pertenecen a empresas que tienen una red de distribución muy local, muy ceñida al país en el que operan y no tienen presencia fuera de sus fronteras salvo por algún acuerdo concreto.
Y no hay peor panorama para un producto que tener que ir territorio por territorio llegando a acuerdos con distribuidores que muchas veces no tienen la experiencia justa ni para saber qué tienen entre manos. Y si no, que se lo pregunten a las Atari Lynx o Atari Jaguar (con el lector de CD) cuando llegaron a España, o a la Neo Geo de cartuchos y la Neo Geo CD, que tuvieron empresas distribuidoras en nuestro territorio con unos recursos tan mínimos que no dejaron nunca de ser unas simples consolas dedicadas a una minoría muy, muy pequeña.
La única oportunidad de que Steam OS llegue a todo el mundo y pueda ser considerado un oponente digno de las máquina de Sony y Microsoft pasa por que Valve tome las riendas. Por que dirija la comunicación, las fechas de llegada a los distintos países, que ponga los precios por rangos de configuración y que se cuide muy mucho de incentivar el desarrollo de esos muchos juegos que no acaban llegando a PC y se quedan sólo en las consolas.
Si Valve no dirije ese proceso, las Steam Machine serán un batiburrillo en muchos países, un ruido de fondo del panorama de los videojuegos sólo al alcance de los más ‘gamers’ que saben lo que son y dónde pueden conseguirse. Pero quitando esa minoría, el resto del mundo no sabrá distinguirlas de un amplificador, del reproductor Blu-ray y, si me apuráis, hasta de la tostadora.
Y sería una pena. Por que el trabajo de Valve está siendo en los 10 últimos años realmente espectacular. Y merecen su recompensa. ¿No?
El artículo Blog: Steam Machines, 3DO, MSX… ¿otra vez lo mismo? se publicó en GamerZona.
FG_AUTHORS: José Luis Sanz
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