La nueva versión del sensor de movimiento podría poner en peligro la intimidad de consumidores, al ser vulnerable ante cualquier ataque externo y sacar a la luz toda la información que aquél ha ido registrando de sus usuarios. Recordemos que Kinect 2 deberá estar encendido para hacer funcionar la nueva consola. Las críticas a la medida no se han hecho esperar.
Nos ha quedado claro que la apuesta de Microsoft para con el nuevo gran periférico de la futura plataforma va a ser total, hasta el punto de ser obligatoria para el funcionamiento normal de la misma, culminando así el proceso de integración total del sensor de movimiento que ya comenzara la compañía en la actual consola. Y con dicha integración, llegarán nuevas y más amplias funciones.
Sin embargo, en algunos casos quizá la compañía se haya extralimitado, pues puede convertir su dispositivo en una verdadera cámara de vigilancia en nuestros propios hogares, ya que éste estará continuamente registrando imágenes y sonidos procedentes de la habitación donde esté situado siempre que se encuentre encendido.
¿Extralimitaciones en las funciones?
Ello lógicamente, podría chocar con uno de los derechos fundamentales de los usuarios: el derecho a la intimidad, algo que se ha puesto sobre la mesa desde países como Australia y Alemania, especialmente por esa cuestión de obligar a tener encendido continuamente el sensor de movimiento.
“La nueva Xbox de Microsoft coincide con la definición de vigilancia en algunas leyes australianas, así que [la compañía] debe ser clara y decir a los consumidores que alguien más podría hacerse con la información o el acceso remoto a su dispositivo”, ha señalado Tim Vines, director de Civl Liberties Australia en el portal NineMSN.
Voz de alarma
Dichas palabras ponen en sobreaviso a los usuarios sobre los peligros que supone contar con un dispositivo que te esté observando y escuchando constantemente mientras juegas o accedes a la televisión. El propio Vines va más allá y considera imprescindible la posibilidad de poder apagar el dispositivo cuando el usuario lo considere oportuno.
Si no fuera así, recomienda una decisión radical: “La gente debería tener la capacidad de apagar la cámara o los micrófonos, incluso si ello limita la funcionalidad de la máquina. Si Microsoft no lo permite, la gente debería obviar la próxima Xbox”.
Desde Alemania, los comentarios van en la misma línea. “Xbox One registra continuamente toda clase de información personal sobre mí: mis reacciones, mis estados emocionales, etc. Todo ello es procesado por un servidor externo y posiblemente incluso a través de terceras compañías. El hecho de que Microsoft pudiera espiar en mi salón es realmente una pesadilla”, ha comentado Peter Schaar, comisario federal para la protección de datos en Berlín.
Respuesta desde Redmond
¿Qué tiene que decir la compañía? Desde Redmond ya se ha comentado en más de una ocasión que el dispositivo no será utilizado para espiar, y más recientementemente, Jeff Henshaw, responsable del proyecto de desarrollo de la nueva consola esgrimió en una entrevista a CNET la posibilidad de que los usuarios pudieran apagar el dispositivo.
“El sistema está diseñado para tener Kinect como una parte integral de la experiencia. No hay ningún caso, ya que podrás quitar la cámara. Pero además podrás poner el sistema en modo en que puedas estar completamente seguro de que la cámara está apagada y no te está viendo”, ha comentado el propio Henshaw.
¿Son convincentes estas palabras? ¿Finalmente el uso del sensor de movimiento no será obligatorio? ¿Estáis de acuerdo con las voces de alarma sobre el peligro de estar constantemente vigilados? ¿Es adecuado este tipo de sistemas? Sea como fuere, está claro que Xbox One enamora pero también provoca muchos debates.
El artículo Acusan al nuevo Kinect 2 de Xbox One de vulnerar la intimidad de los usuarios se publicó en GamerZona.
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