Las últimas informaciones relativas a la nueva generación de consolas apuntan que tanto PS4 como Xbox 720 apostarán por una tecnología de hardware similar, basada en el procesador ADM X86. Por otro lado, ambos sistemas carecerán de retrocompatibilidad física con los juegos actuales, aspecto que no ha sentado muy bien a los jugadores pero, ¿qué consecuencias tendrían estos detalles en el futuro de la escena?
Parece claro que tanto los de Kioto como Microsoft apostarán sobre seguro con la Next Gen. Sony ya ha mostrado sus cartas y los últimos datos barajados sobre la Nueva Xbox apuntan a una tecnología muy próxima, basada en X86 y 8 GB como base de memoria. La estrategia es clara, apostar por sistemas accesibles, adaptados a jugadores y desarrolladoras.
Trabajar con estas consolas será mucho más sencillo que hacerlo con sus predecesoras. Aquellos que han tanteado la estructura de PS4 y que ahora ya pueden romper su acuerdo de confidencialidad han destacado lo sencillo que resulta programar con estos sistemas, y todo apunta a que será igual de fácil con la sucesora de Xbox 360. La consecuencia de esta medida, al menos eso es lo que esperan Sony y Microsoft, será una gran variedad de juegos y propuestas, tanto independientes como Triple A.
Por otro lado, la similitud propiciaría que las desarrolladoras puedan lanzar sus títulos en un mayor número de sistemas, algo que estimularía,por otro lado, el lanzamiento de más juegos.
Obviamente, ello implicaría sistemas muy similares a nivel visual, sin apenas diferencias entre una y otra plataforma. La distinción la marcarán, pues, los periféricos y prestaciones únicas de cada consola. Todo apunta a que el nuevo Kinect, así como la combinación entre Move y la cámara dual de Sony, cobrarán un gran protagonismo. Queda por ver cómo será el mando de Xbox, si integrará funciones táctiles o si apostará por el juego asimétrico; con algún tipo de compatibilidad al estilo de Smartglass.
Por otro lado, la retrocompatibilidad ha generado cierto recelo en la Red, incrementada en el caso de Xbox por la polémica de la conexión permanente, detalle que está haciendo correr ríos de tinta en la Red. Sony ya ha confirmado que solo habrá retrocompatibilidad vía Gaikai. En el caso de Xbox, los rumores sobre el dispositivo señalan que tampoco apostarán por la retrocompatibilidad física. En ambos casos se arguye que es consecuencia de la tecnología del hardware cuya estructura, por otra parte, abaratará el precio del producto. No obstante, no hay nada definitivo.
El precio, clave de la Next Gen
La diferencia podría encontrarse en el precio y las prestaciones. Lanzar un producto barato o asequible para los jugadores será determinante en la batalla de la Next Gen. En este sentido, sobrepasar la barrera de los 500 euros no parece una gran idea. Por último, recordar la importancia de las funciones multimedia. Ofrecer un servicio de entretenimiento global será, pues, determinante. Los juegos son importantes, pero también el modo en que sean lanzados. Asimismo, tantear el modelo Free to Play, el formato digital y la escena independiente se torna indispensable. También dar cabida a todo tipo de aplicaciones y opciones relacionadas con la televisión. La mayor o menor flexibilidad de los sistemas en estos campos será otra de las claves de la llamada Next Gen.
Y tú, ¿crees que es un error abandonar la retrocompatibilidad de juegos físicos? ¿Te está sorprendiendo la Next Gen?
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