Analizamos lo que ocurre en las tres primeras horas de GTA V

[Atención SPOILER] En este artículo vamos a dar un rápido repaso a las cosas que ocurren en las primeras tres horas de juego de GTA V, la que tiene que ver con el argumento y la historia de los tres personajes principales aunque, lo cierto, es que en este comienzo, lo más que nos dará tiempo es a conocer a Franklin y a Michael. Trevor llegará más tarde y lo hará como él sólo lo sabe hacer: montando un buen lío.

Prólogo

El caso es que empezamos la historia algunos años atrás, en un asalto a un banco de un pueblo perdido, nevado y en el que tendremos que volar una puerta de seguridad para acceder al botín. En este asalto participarán tres personajes: Trevor, Michael y un tercero que no será trascendente en la historia y probaremos el divertido sistema de intimidación, donde simplemente con apuntar a un personaje, conseguiremos que se muevan hasta la habitación donde queremos meterlos.

Cogeremos el dinero y saldremos corriendo, pero aparecerá un guardia de seguridad que nos estropeará el plan. ¿Qué hacemos? ¿Le disparamos a la cabeza o simplemente le herimos? Buena decisión.

Saldremos a la calle y sep roducirá un tiroteo con los agentes que van llegando uno tras otro en sus coches patrulla. El objetivo es llegar hasta nuestro coche y huir pero tras una persecución y cruzar una vía con un tren a punto de atropellarnos… nos esperan los Federales. Y alguien muere…

Franklin y Lamar

Son dos pandilleros están empezando a hacer sus pinitos como recuperadores de bienes impagados. En este caso, dos deportivos impresionantes que hay aparcados cerca del Pier de Los Santos de GTA V, en una casita justo a los pies de la autopista.

A lo largo de la misión tendremos varios mejoradores para conseguir la categoría oro: entregar el coche sin un rasguño, utilizar la habilidad especial de Franklin durante siete segundos, ganarle la carrera a Lamar y no atropellar a los alienígenas del estudio cinematográfico.

Pero como las cosas se complican y nos hemos empotrado contra algún coche de más, así que al final la policía nos persigue  y tendremos que huir. Ni cortos ni perezosos salimos de la ciudad y nos subimos a la montaña más cercana a Los Santos. ¡La vista es increíble!

Volvemos al concesionario a dejar el coche, nuestro jefe nos espera y allí veremos una secuencia en la que le están vendiendo a un chaval algo extraño un 4×4 amarillo muy llamativo.

Tras completar la misión volveremos a casa de Franklin con su flamante cochazo. Lo metemos en el garaje y el juego nos empieza a explicar los fundamentos típicos de cualquier GTA.

Y ya os podéis imaginar todo lo que es posible hacer en el piso franco de GTA V: aparcar los coches en nuestro garaje, entrar en la casa para guardar la partida, ver la tele, fumar, discutir con la parienta (más adelante), etc.

Embargo

Nuestro jefe nos llama a su oficina a una hora ciertamente intempestiva. Es de noche y hay que ejecutar un embargo de un tipo que no puede pagar la moto que ha comprado. El problema es que se trata de un pandillero hispano y para quitarle ‘la burra’ hay que entrar en un barrio muy peligroso. Así que acompañados de Lamar (un aspirante a sicario realmente peligroso) vamos a por ella.

Llegamos al barrio pero la moto no está. Abriremos varias puertas de garajes  y nada. Todos estarán vacíos así que al final se produce lo inevitable: un tiroteo y la moto escapando con su dueño calle arriba. Toca perseguirle.

El método para detener al pandillero es sencillo. Le pasamos por encima y le quitamos la moto. Ya está.

Cogemos la moto y la devolvemos al concesionario… pero Lamar no piensa lo mismo y decide quedársela.

Complicaciones

Nos encargan que recuperemos un 4×4 amarillo recién vendido porque el chaval que lo ha comprado no puede pagar, así que nos manda a su mansión a por el coche, que está aparcado en el garaje. Por el camino nuestro jefe nos llamará indignado (por que nuestro ‘amigo’ no le ha dicho nada de que se quedó con la moto) ya que piensa que Franklin se la ha quedado.

Una vez que llegamos a nuestro destino, tendremos que infiltrarnos en una enorme mansión, dejar KO al jardinero y llevarnos el coche. Aunque hay otro modo más sigiloso.

Podemos entrar por la ventana de una de las habitaciones de arriba, bajar y acceder al garaje para llevarnos el 4×4, no sin antes ver cómo un hombre y una mujer vestidos de tenistas ‘se dan en lote’ en la cocina.

Salimos de la mansión y nos disponemos a ir hasta el concesionario pero a mitad de camino nos encontramos con una sorpresa. En el asiento de atrás va un hombre armado que nos pregunta quiénes somos y para quién trabajamos. Una vez que cantamos de plano, nos da nuevas órdenes: tendremos que empotrar el coche contra el escaparate.

Cosa que hacemos y una vez dentro, se desata una pelea entre nuestro jefe y ese hombre que se llama Michael.

Michael le da una paliza al usurero que está vendiendo los coches a intereses brutales y le avisa de que se olvide de su hijo y que no le quiere volver a ver más. Oficialmente, Franklin se ha quedado sin trabajo aunque puede que Michael pueda echarle una mano.

Padre e hijo

Michael nos invita a tomar unas cervezas cerca de su casa pero cuando vamos a montar en el coche salta la alarma. Su hijo se ha metido en un lío: ha decidido vender el yate de la familia y los compradores han preferido robarlo y, de paso, raptarle a él también. Así que toca correr tras el camión por la carretera.

El camión que lleva el yate y al hijo de Michael está custodiado por un par de sicarios a los que hay que eliminar. Así que toca acercarse con Franklin para que se suba y reparta estopa. Pero cuidado, que nuestro hijo acabará colgado de los palos mayores y tendremos que ponernos debajo para que no caiga a la carretera.

Tras un feliz desenlace, el coche queda un pelín destrozado y Michael nos pedirá que lo llevemos a reparar. Lo hacemos así que luego tendremos que llevarlo de vuelta a casa. Parece que Franklin vuelve a tener trabajo…

Asesoramiento matrimonial

Franklin vuelve a la casa de Michael para devolverle el coche pero hay lío en la mansión. La mujer de nuestro nuevo amigo ha sido cazada en la cama junto a su profesor de tenis y se produce una persecución por los barrios que hay en las colinas.

Michael va desatado, diciendo de todo y buscando el coche del profesor de tenis. Aunque hay un momento en el que pierde su rastro, al poco aparece en lo alto de una terraza increíble de una mansión gigante. Michael, cegado como está, no se le ocurre otra cosa que fijar un cable desde el coche hasta los pilares que sujetan la enorme terraza para tirarla abajo.

Cuando pisa el acelerador de su pick-up la terraza se viene abajo. Así que toca huir pero mientras lo hace, recibe una llamada: la casa que ha derribado no es del profesor de tenis sino de un mafioso mexicano famoso por hacer desaparecer discretamente a la gente. Se produce una persecución por las calles de Los Santos y finalmente llegamos a casa. Allí nos espera el mexicano con sus sicarios y nos dan un ultimatum: Michael tiene una semana para devolverle los 2,5 millones de dólares que costará la reparación.

Solicitud de amistad

Michael decide contactar con un viejo amigo: Lester. Un genio de la informática que anda metido en mil historia y todas siempre bastante ilegales. Tras ir a pedirle ayuda y comentarle que debe dar un golpe para saldar una deuda, nos pide antes que le echemos una mano con un trabajito en una empresa tecnológica que está a punto de presentar un nuevo teléfono móvil al mundo.

Pero antes, tendremos que vestirnos de lo que Lester llama “un cuarentón anclado en los años 80″, con chaleco y pantalón corto.

Para entrar en la empresa tendremos que hacernos pasar por un informático que viene a limpiar un ordenador infestado de virus (ya sabéis quien lo ha hecho), así que sólo hay que esperar en la puerta a que alguien salga a fumar y entrar de su mano, sin necesidad de disponer de una tarjetita de identificación.

Nos plantamos delante del ordenador, cerramos todas las ventanas y cuando veamos el icono del antivirus en el escritorio lo ejecutamos y limpiamos el PC. Como nos dejarán solos un momento, aprovechamos para llegar hasta el prototipo que van a presentar y meterle lo que nos ha pedido Lester que le pongamos.

Volvemos a casa tranquilamente, sintonizamos el canal donde están dando la presentación de ese dispositivo y cuando lo saque el tal Jay Norris, cogemos nuestro móvil y le llamamos. Veremos cómo se activa una carga que le explota directamente en el oído, cayendo al suelo.

El esposo ejemplar

Pero antes de que volvamos a ver a Lester, recibimos una llamada de nuestra querida esposa, Amanda. Que se ha metido en líos en el centro comercial y la policía la retiene en un coche patrulla para llevársela a la comisaría. Y como Michael no se anda por las ramas, la misión consistirá en llegar al sitio donde la tienen y robar el coche con ella dentro para volver a casa rápidamente.

Ojear la joyería

Michael vuelve con Lester, que le enseñará cuál es su cuartel general, un almacén que parece abandonado pero que tiene mucha vida dentro. Allí nos preguntará qué tipo de golpe queremos, si uno grande o pequeño. Y el objetivo elegido es una joyería de las caras de Los Santos.

Así que toca coger el coche e ir hasta la joyería para hacer fotos de los sistemas de alarma y, lo más importante, las entradas y salidas de los conductos del aire. El primer golpe ya está en marcha…

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