FIFA 14 está consiguiendo en los últimos tiempos una unanimidad muy extraña toda vez que llevamos casi 20 años pegándonos los ‘fiferos’ contra los ‘peseros’ por ver cuál es la mejor saga de fútbol. Pero la realidad es que Konami tiene mucho trabajo por delante si quiere alcanzar al simulador de Electronic Arts.
Este año FIFA 14 mejora considerablemente el apartado de licencias y profundiza en su Ultimate Team que está causando sensación. Ya sabéis, ese modo por el que podemos confeccionar un equipo a base de jugadores que compramos como si fueran ‘trading cards’ y que en esta ocasión, además de su valía y posición en el campo, tendremos que calibrar la química que les une con sus compañeros.
Como siempre, el modo de crear un jugador es también de los mejores porque nos permite llevar las riendas de la carrera deportiva de una estrella en ciernes. Otra cosa es que luego no nos queramos complicar la vida y acabemos jugando online para subir ránking mundial. Y es que está claro que uno de los atractivos de FIFA 14 radica en sus opciones multiplayer.
No hace falta decir que todas las licencias del mundo, y alguna más, están todas en FIFA 14, con sus equipaciones, nombres de jugadores (actualizados hasta los últimos fichajes a principios de septiembre), estadios (hay hasta 62) y competiciones que podremos disputar como mejor queramos: a una vuelta, a dos, con más o menos equipos, etc.
También es cierto que todas estas virtudes de FIFA 14 se quedan un pelín eclipsadas por tratarse de una versión (la de PS3, Xbox 360 y PC de este año) de entreguerras, es decir, que son continuistas y no tendrán en sus tripas el famoso motor Ignite de Ps4 y Xbox One. Pero a pesar de eso, pinta muy bien y sigue la estela de ediciones como la 13 que ya apuntaban bastante de las mejoras con las que cuenta la saga.
Pero no seguimos destripando más. Si queréis leer el análisis completo de FIFA 14 en GamerZona, pinchad aquí.
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Análisis y conclusiones de FIFA 14 para Xbox 360, PS3 y PC.
Entre sus prestaciones, destaca Protección del Balón, perfecta para graduar el ritmo de un partido, reflexionar y construir una jugada. Por otro lado, el control del balón variará en función del jugador que lleve la pelota. Podéis imaginar que jugadores como Messi llevarán el balón cosido al pie y otros nos exigirán mayor atención. El resultado es un ritmo de juego pausado y perfecto para aquellos que no deseen jugar con el gatillo de correr apretado. Como siempre, gustará a aquellos que disfruten realizando filigranas.
Ahora, con el título en la calle, los gamers dictarán sentencia y decidirán si estamos o no ante el mejor juego deportivo de la escena. Una batalla que se acentúa con el cambio experimentado por Pro Evolution Soccer. ¿Será este el año de 
