Las quejas por parte de la actriz Ellen Page por su gran parecido con la protagonista fue sólo el comienzo de una serie de críticas que ha recibido Naughty Dog por algunos contenidos de su título, y que ha obligado a salir a la palestra para pedir disculpas en más de una ocasión. La polémica rodea a The Last of Us.
El punto positivo de todo ello es que dichas críticas no se centran en la calidad en sí del título, pues en este campo sigue estando impoluto y las buenas notas dadas por los los diferentes medios ha sido correspondido por una gran acogida por parte del público tanto en ventas como en impresiones.
Pero ello no quita, como hemos dichos, que el título sea blanco de polémicas. La situación comenzó a torcerse con la ya famosa controversia con la actriz canadiense Ellen Page, quien hizo público su malestar por el enorme parecido físico con Ellie, la protagonista del título (e interpretada en realidad por Ashley Johnson) a pesar de que ya se modificó (el parecido era mayor en la primera versión).
La desarrolladora se limitó a comentar que era simple y llana coincidencia:
Cuando el tema parecía cerrado, surgió una nueva voz crítica hacia el juego. En esta ocasión se trataba del diseñador Cameron Booth, y ésta se centraba en el plano del metro de Boston. Las razones de su malestar era el uso que de él había hecho la compañía sin haberle pedido previamente permiso, siendo el autor del plano, y considerado propiedad intelectual. Su reacción fue enérgica, señalando que estaba “jodidamente furioso”, como se podía leer en uno de sus mensajes vía Twitter.
Pero la situación no llegó a más una vez que la desarrolladora pedía perdón públicamente y después de una larga conversación entre Sony y el afectado, posiblemente teniendo que llegar a un acuerdo sobre el uso de la imagen.
No obstante, no ha sido la última. Ésta ha venido igualmente de un contenido que aparece en el juego y que en un principio podría pasar inadvertido. Se trata de un par de números de teléfono que aparecen en un anuncio colgado en una pared donde se invitaba a llamar para comprobar si se estaba afectado o no del virus. ¿Cuál es el problema? Que dichos teléfonos son reales y (sin duda lo más llamativo) pertenecen ambos a una línea erótica.
¿Cómo se explica ello? Según la compañía, todo se debe a “un error artístico”, según recoge Kotaku. La explicación continúa: “Lo que ha ocurrido es que, al poner números de teléfono, pensaban que cambiando los dígitos la extensión al 555, quedaba invalidado ya que es el que se utiliza en las películas [y que son todos falsos debido a que no existe dicha extensión]. Pero supongo que [esa invalidez] no funciona cuando pones un 1-800 delante”.
¿Será la última polémica? ¿Cuál de ellas os parece más curiosa? ¿Está bien explicada la razón de esta última? Sea como fuere, lo cierto es que The Last of Us es un juego imprescindible para los usuarios de PlayStation 3.
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