España no es el único país que ha decidido mantenerse al margen de la represión del narcotráfico. Franceses, italianos y alemanes han tomado la misma decisión. “Ya hay bastante con la guerrilla talibán como para enfrentarse a los señores de la guerra que financian sus ejércitos particulares con el dinero del opio”, argumentan fuentes militares impotentes de ver cómo el avispero afgano se vuelve más incontrolable cada día.
Se da la circunstancia de que mientras estaban en el poder, los talibán pusieron en marcha entre 2000 y 2001 un expeditivo programa financiado por Naciones Unidas para erradicar la droga, que consiguió un descenso del 94 por ciento en el cultivo del opio. Ahora, sin embargo, prestan protección a los campesinos que cultivan la adormidera. Les dan el número de un móvil y les dicen “si tienes algún problema, nos llamas y venimos”.