A raíz de la reciente petición por parte del partido republicano de Estados Unidos sobre la eliminación de las ayudas fiscales a los títulos con violencia explícita, el debate vuelve a estar sobre la mesa. ¿Hay que poner algún límite a estos juegos violentos? ¿Se ha de regular su situación con medidas especiales?
Un debate político y social que cada poco tiempo se reproduce, especialmente en territorio norteamericano, pero que también afecta de vez en cuando a la autocomplaciente Europa, especialmente cuando se producen los periódicos episodios de violencia colectiva en EEUU. Porque, sea como fuere, casi siempre suele a relucir la pasión del asesino por un videojuego determinado, generalmente shooter.
Y es que la sociedad estadounidense suele ser muy sensible, y a la vez muy impresionable por este tipo de acontecimientos, por lo que suele ser campo de cultivo propicio para las justificaciones fáciles e inmediatas sobre las razones que han provocado las matanzas masivas. La culpa es de los videojuegos, que fomentan la violencia.
De esa manera, por un lado, se desquitan de cualquier responsabilidad por parte de la propia sociedad y de su modelo social, fuertemente excluyente, y sobre todo, intenta desviar el debate sobre la conveniencia del régimen de tenencia de armas, detrás del cual está la siempre influyente NRA (Asociación Nacional del Rifle).
Y como un paso más en busca de ese chivo expiatorio, el partido republicano (fuertemente defensor de la tenencia de armas), ha pedido recientemente, a través de una propuesta al Congreso, que se eliminen las ayudas fiscales a aquellos proyectos de juegos que tengan un fuerte contenido violento, según informa Washington Examiner.
En EEUU suele ser habitual que el gobierno permita facilidades fiscales o incluso ayuda económica directa a las compañías que están iniciando su andadura en determinados sectores de la industria, incluida la de los videojuegos. No obstante, de prosperar esta propuesta, quienes opten por desarrollar un juego sangriento, tendrá menos facilidades que el resto de compañías.
¿Qué podría significar? Por un lado, que muchos de estos estudios finalmente desechen este tipo de proyectos y opten por otros géneros para poder ser premiados con estas ayudas, o bien que estos títulos acaben siendo algo más caros que el resto de sus mismas características.
¿Deberían tener un régimen diferente este tipo de juegos? ¿Habría que establecer una serie de requisitos para poder acceder a ellos? Entre ellos estarían, claro está, todo tipo de shooter como Call of Duty, Battlefield, o juegos donde la violencia forma parte esencial, justificada como God of War o menos como Ninja Gaiden ¿Influyen realmente de manera negativa en la conducta del jugador? ¿O hay que pedir más responsabilidad a tiendas e incluso padres par evitar que los más jóvenes accedan a estos contenidos? Está claro que el debate sobre la violencia generada desde los videojuegos sigue y seguirá presente en nuestro día a día.
El artículo ¿Deberían tener un régimen especial los juegos violentos? se publicó en GamerZona.
FG_AUTHORS: Eduardo Jiménez
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