El presidente de la compañía japonesa ha reconocido la mala situación en el mercado por la que está atravesando su última consola, pero se muestra una vez más confiado en que acabará por convencer al público en general. ¿Hay esperanzas en torno a Wii U? El tiempo lo dirá, y según Iwata, la respuesta será un sí.
Aunque para que ello se produzca, la situación ha de cambiar radicalmente. Porque según está ahora mismo, y si el cambio no se produce todo indica que la nueva consola acabará siendo un auténtico fracaso. Y es que, tal y como publicó la propia compañía, la plataforma apenas había vendido 160 mil copias en los últimos tres meses, cifras muy pobres para una consola que apenas lleva medio año en el mercado.
Pero a pesar de ello, y del aluvión de críticas y dudas que han seguido a dicha publicación, la Gran N sigue confiando en su producto (algo lógico, por otra parte). Y lo hacen porque creen que finalmente se hará un hueco importante entre los consumidores, tal y como hicieran en su momento DS y 3DS, ambas con un comienzo regular y ahora convertidas en un auténtico éxito.
Esa confianza ciega se debe, fundamentalmente, a que achacan esas malas ventas al sector del software y no al potencial en sí de la consola. Es decir, que los usuarios no se han sentidos atraídos por la plataforma debido a un catálogo de juegos limitado: “Desafortunadamente hemos tenido una primera mitad de 2013 donde los estrenos fueron escasos y las ventas de hardware lentas [pero] no creo que el concepto y potencial de Wii U han sido rechazados”.
De ser cierto, lógicamente, la situación mejoraría simplemente con la llegada de nuevos títulos, que ampliarían así el catálogo y la convertirían finalmente en una consola aceptada por el público en general, principal objetivo de la compañía según Iwata: “La meta final de un producto es tener resonancia y ser aceptado por la gente”, ha señalado en declaraciones recogidas por el portal CVG.
Pero, ¿es realmente un problema de software? ¿Tiene razón el ejecutivo al afirmar que la idea y potencia de la consola sigue siendo atractiva? Porque una de las grandes críticas que se han vertido sobre ella es, precisamente, el llegar al mercado, a la altura de finales de 2012 con unas especificaciones técnicas al nivel de PS3 y Xbox 360, cuyo ciclo vital está llegando a su fin; una tecnología, en fin, que muy pronto se verá superada considerablemente.
Ello no quiere decir, obviamente que los usuarios abandonen las actuales plataformas, pero otra cosa es que se decidan por hacerse con una de ellas teniendo delante unas máquinas tan potentes como PlayStation 4 y Xbox One. Cierto es que a pesar del estreno de la next gen la compra de consolas de anterior generación se sigue produciendo (PS2 seguía en auge tras el estreno de su sucesora) pero también lo es que este tipo de ventas son más bien residuales. Y más lo serán con los precios medianamente asequibles con que llegarán los nuevos hardware.
Lógicamente, su gran baza sigue siendo su jugabilidad, y la implantación del GamePad como segunda pantalla. Pero también aquí tanto Sony como Microsoft están explorando la posibilidad de llevarla a las nuevas generaciones, aunque en esta ocasión exigirá a los usuarios adquirir productos paralelos: tabletas y smartphones.
¿Está justificada esta confianza de Nintendo sobre su consola? ¿Es cierto que es un problema de juegos y no de la consola en sí? ¿O más bien se deben las malas ventas al hardware y el haber llegado demasiado tarde al mercado? ¿Debería haber salido antes? El futuro de Wii U se decidirá pronto, aunque desde Kioto siguen pidiendo más tiempo para sacar conclusiones.
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