Un día se mueren tres amigos en un accidente de tráfico. Los tres suben al Cielo y los recibe San Pedro, quien les comenta cómo va a ser su estancia allí:
– Aquí en El Cielo todo el mundo se desplaza en coche, y la calidad de éste depende del comportamiento que se haya tenido en vida.
– Tú, Juan, por haber sido infiel a tu esposa en 20 ocasiones, conducirás un Twingo con parches y abolladuras, el tapizado hecho polvo y el tubo de escape picado.
-Tú, Antonio, por haber traicionado a tu esposa con otras 5 mujeres, tendrás un Corsa 1.400 en buen estado general, con pocos fallos.
-Y tú, Jaime, por haber sido siempre fiel a tu esposa, irás en un Aston Martin V8 de 400 CV, con kit deportivo, tapicería en piel y equipo de audio JBL de 240 W. RMS. Además, como premio adicional, te alojarás en la suite presidencial del Hilton y te haremos socio del club de golf.
Cada uno de los tres amigos toma un rumbo con el vehículo que le adjudicaron.
A los cuatro meses, después de haber recorrido muchos km. por las carreteras celestiales, se encuentran los tres por casualidad en un semáforo.
Juan y Antonio se bajan de sus coches para saludarse y observan que Jaime no se baja de su Aston Martín. Lo ven llorando amargamente al volante y extrañados se dirigen hacia él:
– ¿Por qué lloras Jaime? ¡Pero si tienes el mejor coche del Cielo y vives como un marajá, tío! No tienes motivos para estar deprimido….
– ¿Que no?
¡Joder… acabo de ver a mi esposa en patinete!