La extinta compañía THQ ha vuelto a la luz pública tras anunciar su demanda contra los estudios canadienses, a los que acusa de haberse hecho con los derechos de la franquicia UFC de manera poco legal. EA Sports habría aprovechado información secreta sobre la situación de aquélla para hacer romper el acuerdo con los dueños de las licencias.
Tras ver cómo todas y cada una de sus principales franquicias se iban repartiendo entre las que entonces habían sido sus competidoras, una vez confirmado su cierre y su puesta a la venta, la antigua distribuidora y productora californiana pasa ahora al ataque. Y lo hace con todas las de la ley: demandando a otras compañías.
La primera de ellas en recibirlo ha sido EA Sports, a quien acusa de haberse hecho con los derechos de la competición UFC de una manera fraudulenta, y que le ha llevado a iniciar un proceso judicial, según informa Polygon.
En dicha acusación, la extinta compañía se presenta como víctima de un complot orquestado por aquélla para hacerse con la licencia completa de la competición de lucha, en manos de la gestora Zuffa.
THQ, explica, tenía un acuerdo de colaboración con ésta por la que podría explotar durante tres años los correspondiente derechos y que tuvo como resultado el estreno de UFC Undisputed 2009, UFC Undisputed 2010 y UFC Undisputed 3, que vio la luz el pasado año.
Sin embargo, ya antes de lanzar este último título (y con el que se ponía fin al primer acuerdo), las dificultades en la distribuidora habían comenzado, llegando incluso, confiesan, a plantearse las posibilidades de vender los derechos a otras compañías. Y la mejor posicionada era precisamente la filial de deportes de Electronic Arts.
De este modo comenzaron los contactos entre ambas compañías a finales de 2011, en los que la entonces dueña compartió con ésta información sobre la situación financiera, las ventas y previsiones en torno a la franquicia. Poco después de dicha reunión, la compañía asegura que recibió una carta por parte de Zuffa anunciando que quería romper el acuerdo de manera unilateral. Su sustituta: EA Sports.
Ello ha llevado a los responsables de la extinta compañía a pensar que esta última filtró la información facilitada durante las negociaciones para advertir a Zuffa de la grave situación financiera que atravesaba e instar así a romper el acuerdo.
THQ recibió entonces 10 millones de dólares por la ruptura de dicho acuerdo y la compra de la IP de UFC, pero ahora creen que en realidad la franquicia valdría el doble, si bien los datos sobre el acuerdo entre la gestora y la nueva responsable no han transcendido.
La parte demandante pide entonces otros al menos 10 millones de dólares de indemnización hacia Zuffa así como los derechos de explotación y beneficios generados por el próximo título de UFC (anunciado durante el pasado E3), y la nulidad de los 1,96 millones que aquélla pide a la “víctima”. ¿Quién ganará este combate real?
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