¿Hizo bien la compañía norteamericana en cambiar la idea original para con su nueva consola? Algún que otro desarrollador con experiencia ha criticado duramente a la fabricante por dejarse influenciar por los consumidores. Recordamos que Xbox One hubo de redefinirse tras la reacción airada durante el pasado E3.
Y es que una oleada de críticas cayó sobre Redmond una vez que intentó aclarar cuál era su política con respecto a su nueva plataforma. Tanto que hubo de reaccionar al ver cómo buena parte del público la dejaba de lado y se iba acercando a su principal rival, hasta el punto de que PS4 salió altamente reforzada del evento, mientras que la nueva Xbox lo hacía con más dudas que confianza.
Poco después, Microsoft ponía los ojos sobre esas críticas y comenzó a cambiar su política a pesar de que grandes nombres de la industria, como Cliff Bleszinski apoyaban su postura inicial: eliminaba la conexión permanente y luego cualquier tipo de exigencia, limitaba sus restricciones al mercado de segunda mano y finalmente daba libertad total a los desarrolladores independientes para autopublicarse en Xbox Live.
Este cambio fue lógicamente aplaudido por el público y las reservas de la nueva consola volvieron a crecer de manera exponencial. Así pues, todo parece indicar que esta vez sí, la compañía norteamericana acertó y se adaptó a los gustos de los consumidores que, claro está, son quienes tienen la última palabra.
Y eso es algo muy apreciado por los jugadores, que en muchas ocasiones sienten un gran distanciamiento entre sus gustos y los objetivos de las compañías, que de vez en cuando parecen estar sólo enfocadas a buscar sus beneficios sin importar la opinión de sus clientes.
Pero ¿es realmente acertado escuchar a los usuarios? Lógicamente entre ellos la respuesta es una afirmación total. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo. Hace unos días escuchamos como el veterano desarrollador Jesse Schell afirmaba rotundamente en a GameIndustry que el mayor de los errores cometidos por Microsoft para con su nueva consola había sido, precisamente, haber hecho caso a los consumidores.
Argumentos en contra
¿Cuál es el principal argumento de esta postura? La inmovilidad que suponen los gustos de los usuarios. Porque, según Schell, la gente en su mayor parte quiere lo que ya tiene, y no se muestra abierta a ninguna novedad desconocida, tendiendo a sacarle lo negativo que podría conllevar. En otras palabras: más vale malo conocido que bueno por conocer.
Ello, siguiendo la opinión de este posicionamiento, impediría evolucionar ya que si no fuera por ello quizá los juegos se basarían sólo en la potencia gráfica, sin importar las novedades en su jugabilidad.
¿Exageraciones o realidad?
El ejemplo principal sería el de la conexión permanente; una opción que el fundador de Epic Games ya apoyó abiertamente en los momentos previos a que fuera eliminada por la compañía norteamericana, y quien posteriormente hablaba del supuesto caos que se originaría con esos cambios en la política.
Para Bleszinski, la eliminación de las restricciones a la segunda mano supondría el cierre de numerosos estudios y la multiplicación de DLCs posteriores al lanzamiento; esto último con el fin de evitar los casos de piratería.
¿Están justificadas estas críticas? ¿Supondría una inmovilidad frente a la innovación como dice Schell? ¿Llegará el apocalipsis como presagia Bleszinski? ¿Deberían escuchar al público sólo en algunos casos, o siempre? Sea como fuere, seguid atentos a estas próximas semanasporque se avecinan novedades sobre Xbox One con la Gamescom a la vuelta de la esquina.
El artículo ¿Acierta Xbox One al escuchar a los usuarios para definir su estrategia? se publicó en GamerZona.
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