Los indignados de Barcelona han conseguido reunir 40.000 firmas contra la actuación policial de los Mossos d’Esquadra, el pasado viernes, en la que resultaron heridas 121 personas. Piden la dimisión del consejero de Interior de Cataluña, Felip Puig. Jueces para la Democracia han exigido una investigación pública para identificar a quienes han ordenado el desalojo, en el que se evidenció, según afirman, una clara desproporción en los medios empleados por las fuerzas del orden público. “Las razones dadas para este desalojo resultan un insulto para un estado social y de derecho”,
Malach me referia a este tio
Nada más ser nombrado consejero de Interior, Felip Puig prometió en una entrevista «tensar la ley hasta allí donde esté permitido y un poco más». Toda una declaración de intenciones que ayuda a entender la actuación de los Mossos d’Esquadra del pasado viernes en la plaza de Catalunya, que se saldó con 121 heridos, cuatro de ellos graves. «Ningún policía ha actuado por iniciativa propia, el responsable de la actuación soy yo», aclaró Puig horas después, para despejar cualquier duda sobre su sentido de la autoridad con regusto a autoritarismo